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7 de septiembre de 2010

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miércoles 31 de marzo de 2010

SALIDAS PROFESIONALES DE LA CRIMINOLOGÍA (I) - LA PASIÓN CRIMINOLÓGICA

Editado por Tony Roig en 13:17


LA PASIÓN CRIMINOLÓGICA

Autor : Eduardo Navasquillo Lorda
Criminólogo | Profesor de la Universidad Camilo José Cela de Madrid

La ilusión que tenía por ser médico o licenciado en imagen y sonido se desvanecieron en el momento que hice la selectividad y mi media bajó vertiginosamente para permitirme solo realizar aquellos estudios que –ni por asomo– se me habría ocurrido pensar. Mi trauma ya estaba implantado. Pero una amiga me dijo que iniciara los estudios de Criminología. –¿Criminología? ¿Qué es eso?”– pregunté yo. Sus explicaciones no es que me acabaran de convencer, pero decidí entrar en el Instituto de Criminología de la Universidad Complutense de Madrid y probar. ¡En mala hora se me ocurrió tomar aquella decisión! Fue un amor a primera vista, el elenco de profesores, la forma de transmitir sus conocimientos y el contenido de las materias, hicieron que me enamorara como un quinceañero de algo llamado Criminología y que algunos decían que se trataba de una ciencia.

Mi familia decía que había tomado una decisión “criminal”. Yo lo entiendo. Suena muy bien y más en la sociedad actual, decir: “tengo un hijo médico o abogado”, pero… ¡Criminólogo! Aquello no estaba en consonancia con los parámetros establecidos en nuestra cultura y, desde este mismo momento y hasta el día de hoy, tengo que explicar a cada paso profesional que doy lo que es la Criminología, qué función tiene, dónde se puede aplicar y que no se trata de algo abstracto e indefinido que nos hemos inventado unos cuantos “iluminados”.

Me diplomé sin darme cuenta de que ya habían pasado varios años desde que tomé mi decisión de futuro. ¿Queréis saber la verdad? No me arrepiento, sigo enamorado. Pero no voy a negar que, desde 1992 hasta ahora, las cosas no han cambiado mucho. La sociedad actual sigue sin saber lo que es un criminólogo, las diferentes administraciones saben que existimos pero no nos miran, los cuerpos de seguridad del Estado nos observan pero con el rabillo del ojo y creo que es momento de que tanto los unos como los otros sean valientes y nos miren a los ojos.

En Estados Unidos, la policía se volvía loca después de años de investigación porque no conseguía ni siquiera indicios que les llevaran a la identificación y detención de un asesino en serie. Un criminólogo les propuso aplicar un sistema de “perfil psicogeográfico” para acotar, según diversos parámetros que habían sido estudiados con anterioridad, la zona geográfica donde podía residir el asesino. Por supuesto que, a la policía, esto le sonó a “chino”, su desconfianza era absoluta, pero como última alternativa decidieron aplicar este tipo de trabajo. Meses después, y gracias a este sistema, el individuo en cuestión fue detenido. Este es solo uno de los cientos de ejemplos donde la criminología implanta su saber hacer, pero es cierto que en países como Estados Unidos o Inglaterra no se pregunta qué es un Criminólogo. Se sabe y se le respeta.

En España ser criminólogo parece que carece de sentido sino va asociado a otros estudios universitarios como licenciado en Derecho o Psicología; sin embargo, los licenciados en Criminología tienen un futuro imponente en un país que es el núcleo de unión de la criminalidad proveniente de América, África, Asia y Europa, además de la propia.

Creer en uno mismo

Después de 22 años ejerciendo como criminólogo considero que la premisa para poder desarrollar esta actividad profesional pasa por creer en uno mismo, en sus capacidades y en la aplicación práctica de la Criminología en los diferentes estamentos de la sociedad actual.

En los años 90 fui contratado como Director de Seguridad de un Núcleo Residencial a causa de los grandes índices de criminalidad y a la creciente sensación de inseguridad que se vivía en la zona. Consideré que lo primero que había que hacer era desarrollar un estudio integral sobre la criminalidad existente. No sabía si sería capaz, ya que acababa de terminar mis estudios, y de si tendría sentido, puesto que la Criminología no dejaba de considerarla como algo abstracto. Me puse a ello y después de mucho trabajo, conseguí diagnosticar cuál era el problema, cómo se podían prevenir los diferentes actos delincuenciales así como actuar en aspectos tan novedosos como la seguridad vial, la extranjería, la violencia de género, delincuencia juvenil, etc. El resultado de todo esto fue que la criminalidad estuvo durante muchos años en la cota “cero”, no había delitos. La conclusión que saque de esta experiencia fue una solo, pero que vale para todo: la criminología funciona y es válida.

El futuro de los criminólogos

Considero que el futuro de los criminólogos pasa tanto por el sector público como por el privado, pero en ambos habrá que luchar mucho para obtener el reconocimiento que nos merecemos.

1.- Sector público:

Las Administraciones Públicas –nacionales, autonómicas o locales– no son conscientes de la importancia que tiene la figura del criminólogo en el estudio del delito, el delincuente, la victima ylos aspectos sociológicos que rodean al hecho delincuencial.

Como ejemplo sirva que en la Fiscalía de Menores de la Comunidad de Madrid hay unos profesionales cualificados en áreas específicas como son: abogados, psicólogos, trabajadores sociales, etc., pero no hay criminólogos. Es indudable que el criminólogo puede trabajar para organismos y entidades tales como:

o Administración de Justicia.
o Consejerías de Interior de las Comunidades Autónomas.
o Ayuntamientos.
o Organismos Internacionales como Naciones Unidas.

2.- Sector privado:

Actualmente existe un amplio abanico de posibilidades profesionales para el profesional criminólogo y quizás las más importantes son las que se enumeran a continuación:

o Despacho profesional: Asesoramiento en tratamiento criminológico en menores, familia y víctimas de delitos; mediación familiar y violencia de género; perito y asesor criminológico.
o Seguridad privada.
o Empresas privadas de diferentes sectores: turístico, hotelero, núcleos residenciales, etc.

Conclusiones

En la práctica profesional de la criminología, las conclusiones más evidentes son dos: por un lado que es muy complicado desarrollar esta actividad cuando las Administraciones Públicas nos dan la espalada y cuando en el sector privado desconocen nuestro ámbito de actuación; y, por otro lado, que depende de nosotros mismos que esta situación vaya paso a paso cambiando. Si somos capaces de convencernos a nosotros mismos conseguiremos convencer a los demás.

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