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24 de septiembre de 2009

En la prensa septiembre 2009

"Todos seríamos sospechosos con una base de datos masiva de ADN"

LAURA PUY MUGUIRO . PAMPLONA Lunes, 14 de septiembre de 2009 - 04:00 h.

- El último proyecto en el que trabaja quiere impedir el tráfico de niños: comparan el ADN de los niños fuera de su hogar con los de madres que han denunciado su desaparición. Ya se ha conseguido volver a reunir a 205 personas.

JOSÉ ANTONIO LORENTE ACOSTA | EXPERTO GENETISTA: Profesor de Medicina Legal y Forense, director del Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada y del Centro Andaluz de Genómica, profesor de la División de Entrenamiento Internacional del FBI y profesor del Instituto Andaluz Interuniversitario de Criminología de la Universidad de Granada.

Y quizá uno de los mayores orgullos de José Antonio Lorente Acosta sea estar considerado uno de los padresdel Programa Fénix, puesto en marcha por la Universidad de Granada en colaboración con la Guardia Civil: analizan el ADN de cadáveres sin identificar y los comparan con los de familiares de desaparecidos. "Es imposible decir que no a analizar un caso. Es un compromiso casi moral", explica. De 48 años y nacido en Almería, el experto genetista impartió el jueves una conferencia en Pamplona sobre el análisis científico del ADN.

¿Cuántas identificaciones llevan en el Programa Fénix?

Más de 280 desde 2000. Pero hay mucho trabajo porque es un proceso muy lento. Además, no todas las familias quieren participar: algunas piensan que dar una muestra de su ADN para compararla implica aceptar que su ser querido ha fallecido.

Trabajan con series de números y letras. Y, cada positivo, aunque no se pueda poner una cara, debe ser una satisfacción.

Aunque es muy duro que una familia sepa que esos restos que hemos analizado son los de su familiar, no es la peor de las posibilidades. Lo peor es no llegar ni siquiera a saber si está muerto. Por eso, cuando alguien se me acerca para agradecerme haber identificado a su hermano, compensa. Y te dan ánimos, y te dicen que sigas adelante con este trabajo.

Debe ser impensable decir no al análisis de un caso por falta de medios, de tiempo...

Es imposible decir que no. Hemos estado con casos meses y meses y años y años, pero sabes la importancia de una identificación por los familiares y no haces un intento y lo dejas. Al final es un compromiso casi moral, ético. Hasta que no se agota la última posibilidad no lo dejas.

Ahora parece impensable una investigación criminal sin análisis de ADN. Pero su aplicación en esta área es muy reciente, y durante siglos se han resuelto casos.

El conocimiento de la estructura del ADN es de 1953 y su aplicación en la criminalística de 1988. La criminalística hay que verla como un puzzle donde se manejan diversas piezas: todas se encajan y todas son conjuntivas. Es importante el ADN, pero también la dactiloscopia, balística, falsificación de documentos... El ADN fue una revolución a partir de 1990 porque, si hay muestras biológicas (manchas de sangre, pelos.), es capaz de identificar al autor de un hecho criminal o a una víctima. Ahora bien, hay investigaciones en las que no hace falta el ADN en absoluto porque hay montón de indicios que ponen de manifiesto quién ha cometido un delito y quién es la víctima. El ADN juega un papel importante, pero un papel más dentro de ese conjunto de evidencias que maneja la criminalística.

¿Por qué a los profanos fascina tanto el ADN?, ¿porque en las series televisivas se pone demasiadas expectativas en el ADN?

Hay que reconocer que, en las investigaciones criminales, el ADN es espectacular, pero es cierto que las series de televisión han aportado la expectativa de que todo se hace rápido y bien, que todo se consigue a la primera. Sin embargo, en los laboratorios se pueden tardar semanas enteras, meses enteros, en analizar las muestras. De aquí a cinco años va a haber un cambio radical porque los delincuentes que hayan cometido delitos de cierta gravedad y hayan reincidido van a estar inmediatamente identificados. Y hoy en día, el 90% de los indicios que llegan a los laboratorios suelen dar resultado positivo, o total (que es lo habitual) o parcial.

Ya hace dos años se autorizó en España una base de datos que recogiera el ADN de los autores de delitos graves. Una base de datos masiva solucionaría muchos más casos.

Si en una investigación criminal tuvieras toda la información porque se actualizaría cada día en bases de datos (todas las huellas dactilares, ADN, movimientos de teléfonos móviles, de tarjetas de crédito.), probablemente se resolverían muchos delitos: sería muy fácil identificar a una persona. Pero no soy partidario de bases de datos masivas. Creo que iría contra derechos fundamentales. Además, habría muchas personas que, por aparecer una muestra de ellas en un lugar determinado, se convertirían en sospechosas que luego habría que descartar.

¿Los laboratorios policiales españoles tiene algo que envidiar a los del FBI?

Absolutamente nada en cuanto a preparación, calidad de los técnicos y equipamiento. En todo caso, en la cantidad de aparatos que hay en el FBI: allí, 20 aparatos de un laboratorio hacen lo mismo, y aquí, 5. Allí se invierte mucho en tecnología para resolver los casos. No se da un problema presupuestario en el área criminal.

¿Cuál es el último proyecto en el que trabaja?

Se llama DNA-Prokids y trabajamos en él desde 2006. Es un programa para prevenir el tráfico de seres humanos. Se trata, por ejemplo, de tomar el ADN de niños que están fuera de sus hogares y compararlo con el de madres que han denunciado su desaparición. También, comprobar que todas las adopciones son legales, que se hace con el consentimiento de la madre. Ya hemos realizado estudios piloto y hemos obtenido 205 identificaciones positivas: 205 niños han vuelto a sus hogares.

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